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Un joven ante todo es hijo de su tiempo, así afirmó Cecilia Meredith, al intervenir en encuentro sostenido en la mañana de este miércoles, cuando el Tribunal Supremo Popular (TSP) abrió una vez más sus puertas a la militancia comunista juvenil y ratificó, de esa manera, el compromiso con la generación del presente y el mañana.
Luego de un breve recorrido por la sede del órgano judicial, encabezado por Nislay Molina Nápoles, ideológica del Comité Nacional de la UJC, se sostuvo una enriquecedora conversación, en la que la vicepresidenta del TSP, Farah Maritza Saucedo Pérez, les explicó a los jóvenes, de manera diáfana, las principales misiones del Sistema de Tribunales en Cuba, para cumplir con el mandato de impartir justicia en nombre del pueblo.
En este sentido, se significó que los jóvenes tienen un importante rol, pues son una fuerza que, a la vez que laboran con eficiencia, aportando conocimientos actualizados, también socializan sus saberes, relacionados con las tecnologías de avanzada, las nuevas técnicas de comunicación y la actualización de contenidos, a lo que se suma la superación constante.
La vicepresidenta ponderó las relaciones con las universidades, la formación de secretarios judiciales y técnicos medio en Derecho, así como la atención personalizada a cada joven en su puesto de trabajo.
El encuentro fue propicio para poner al tanto al auditorio de las tareas que se cumplen en tiempos de pandemia, entre las que sobresalen el enfrentamiento a los delitos e indisciplinas sociales con madurez y profesionalidad. También se ha materializado el pensamiento relacionado con cómo avanzar más rápido en varios procesos, que estaban en el imaginario y hoy, con su implementación, forman parte del acercamiento necesario a los diferentes públicos. Para lograr este propósito, se pone en marcha una aplicación para hacerles los trámites más fáciles a las personas.
Ana Iris Mariño Balmaseda, secretaria general del Comité de Base del órgano judicial, enfatizó en un grupo de tareas que se han ido cumpliendo y que involucran al universo juvenil. Destacó la participación en las pesquisas para mantener el rigor de las medidas orientadas, en obras de mantenimiento y trabajos voluntarios, así como donaciones de sangre y apoyo en el trabajo a otros compañeros que, por diferentes razones, no están a tiempo completo en la institución.
La miembro del Buró Nacional, visiblemente entusiasmada por el intercambio, expresó: «agradecemos que nos hayan abierto las puertas del Tribunal Supremo. Aprecio que en este centro está la Revolución impregnada, al contar con jóvenes de vanguardia; aprecio también lo atendidos que están y nos complace formar parte de ustedes».
Las intervenciones de los jóvenes presentes demostraron madurez y sentido de pertenencia: Cecilia explicó cómo, desde el Club Martiano, se trabaja la obra de la Revolución y socializó que todo joven que llega se enamora del trabajo del tribunal, pues lo hacen sentir importante, útil y, desde el primer momento, se reconoce su valía.
Leonardo calificó su trabajo como todo un proceso de enseñanza y aprendizaje y Nazarena no demoró en asegurar que está decidida a quedarse por siempre porque aquí se aprende, no solo a impartir justicia, sino que se educa y consolidan valores.
El encuentro, que estuvo presidido, además, por la magistrada Paula Joaquina Rodríguez Sánchez, secretaria del Buró del Partido, dejó en todos un sabor a compromiso y buen futuro y, como dijera una joven presente: demostró la certeza de que es posible considerar a los jóvenes como una fuerza capaz y renovadora.