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A algunas las despertaron los besos más cariñosos; otras fueron sorprendidas por las felicitaciones, incluso, de desconocidos; pero a todas, eso sí, se les rindió homenaje este 8 de marzo en el Tribunal Supremo Popular (TSP).
La lectura de la convocatoria para el X Congreso de la Federación de Mujeres Cubanas, una crónica feminista y un video institucional sobre el rol actual de las mujeres en Cuba dieron vida al acto central realizado en la sede del TSP.
Este 8 de marzo, en el máximo órgano judicial del país, no faltaron palabras de orgullo y de tributo a esas Marianas de nuestro tiempo, a esas mambisas actuales forjadas con acero y miel gracias a la Revolución.
PALABRAS CENTRALES DEL ACTO POR EL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER
Estimadas compañeras y compañeros:
Cumplo gustosamente con una de las más emotivas indicaciones que me ha dado el Presidente, dirigirle la palabra a las féminas en fecha tan señalada como el 8 de marzo.
Este día, según las Naciones Unidas, es el de la mujer trabajadora, o como es más conocido, Día Internacional de la Mujer, esas hadas que transforman las lágrimas en sonrisas, las angustias en alegrías y los sueños en realidad.
Históricamente se sostenía que la mujer era débil, y ese fue un error universal porque ella ha demostrado su fortaleza a través de los siglos. Su lucha, su valor, su amor tuvieron el poder para cambiar el mundo y aun hoy lo siguen haciendo.
Mahatma Gandhi lo sentenció con total claridad cuando dijo: “Llamar a la mujer sexo débil es una calumnia, es la injusticia del hombre hacia la mujer. Si por fuerza se entiende la fuerza bruta, entonces, en verdad, la mujer es menos brutal que el hombre. Si por fuerza se entiende el poder moral, entonces la mujer es inmensamente superior”.
El poder que tienen las mujeres sobre nosotros es esencial y merecen nuestro reconocimiento porque gracias a sus lecciones de vida somos hoy mejores seres humanos. Desde pequeños son a ellas a quienes recurrimos por su guía, su consejo y su apoyo para la toma de nuestras decisiones; por eso no duden que a aquellas mujeres que pretenden ser iguales a los hombres les falta ambición.
Desafortunadamente, esta fecha, que en nuestro país constituye una jornada de festejos, de celebraciones, en otras naciones inspira compasión porque las mujeres padecen, multiplicados exponencialmente, los males sociales que generan las políticas de exclusión de los gobiernos y se traducen en elevados niveles de pobreza, desigualdad, desequilibrio en el acceso al empleo y la remuneración con respecto a los hombres, acceso limitado a los servicios de salud para ellas y sus hijos, falta de protección a sus derechos sexuales y reproductivos, mayor exposición a la violencia y la trata de personas, por sólo mencionar algunos.
Ante tanta afrenta por sanear, cómo no rememorar un día como hoy, su antítesis reflejada en ese paralelismo ideológico, en la comunidad de pensamientos, entre nuestros dos principales guías, fervientes defensores de la mujer; decía Martí: “No es que falte a la mujer capacidad alguna de las que posee el hombre, sino que su naturaleza fina y sensible le señala quehaceres más difíciles y superiores”.
Por su parte, Fidel Castro afirmó que: “… estoy absolutamente convencido de que la sociedad ganará más en la medida en que sea capaz de desarrollar y aprovechar la calidad, las capacidades morales, humanas e intelectuales de la mujer”.
A escasos día del 15 de marzo, se me antoja traer la figura de aquel excelso guerrero, protagonista del acto de desagravio y reafirmación patriótica en Baraguá, que marcó para siempre la voluntad de Cuba de no claudicar; mas, no para evocarlo como el hombre que cargaba en su cuerpo los rigores y desventuras del combate y cuya virilidad está más que probada, sino como aquel ser humano, de sensibilidad exquisita, que fue capaz de decirle a su esposa:
“En tu camino, como en el mío, lleno de abrojos y espinas, se presentarán dificultades que solo tu virtud podrá vencer. (…) La primera vez luchamos juntos por la libertad; ahora es preciso que luche solo haciendo por los dos. Si venzo, la gloria será para ti”.
Sentimientos como los de estos tres titanes de nuestra historia hacia lo que representan las mujeres son los que cimientan la obra de este país en función de hacerlas acreedoras, no sólo de lo que se merecen, sino de lo que ellas, por sí mismas, han conquistado y es que, en el devenir de los tiempos, ellas han ido aprendiendo que, si no se les da poder, tienen que tomarlo. Millones de años de evolución no se han equivocado, pues la naturaleza tiene la capacidad de corregir sus propios defectos, ellas están, y estarán cada vez más, donde les corresponde.
Es por eso que de los 605 diputados que conformarán nuestra Asamblea Nacional, 322 escaños serán ocupados por mujeres; es decir, el 53.22%, el segundo parlamento del mundo con mayor participación femenina.
Es por eso que, en el Sistema de Tribunales, las juezas ocupan el 81.2 % de la plantilla.
Es por eso que, en el Tribunal Supremo, casi el 50 % de los cargos de directivos fundamentales lo ocupan compañeras y casi el 60 % de su plantilla total está cubierta por mujeres, cuya mayoría engalanan e iluminan este teatro. Nuestro respeto y admiración para ustedes.
Para ustedes que son MADRE, NOVIA, ESPOSA, HERMANA, ABUELA... Luz que ALUMBRA y DA VIDA, ternura, fortaleza, inteligencia, dulzura y AMOR. A ustedes, que logran armonizar el trabajo con el cuidado de los hijos y del hogar. ¡Gracias por su esfuerzo y dedicación!
Gracias por estar junto a nosotros.
¡MUCHAS FELICIDADES!

