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Las más hermosas canciones de la trova cubana han logrado transportar hacia el pasado a las madres del Tribunal Supremo Popular (TSP), cual si hubieran sido ellas las protagonistas de la historia que cuenta, por ejemplo, “La Bayamesa”.
Junto al destacado trovador santiaguero Eduardo Sosa, han disfrutado quienes además son abuelas de un recorrido por lo más diverso y sublime de la música trovadoresca de los viejos y nuevos tiempos.
La Yolanda de Pablo Milanés; la mujer libre de Silvio Rodríguez; los secretos inimaginables detrás de “Veinte años”, la canción más famosa de la cantautora María Teresa Vera; y varias de la autoría de Miguel Matamoros, han hecho que los mismos labios que han besado mejillas llorosas tarareen sin reparos melodías muy conmovedoras.
Inmensa es la grandeza de una madre cuando adora a todos sus hijos, cuando se esfuerza por brindarles un futuro mejor, cuando les enseña a sortear los caminos de la vida, y cuando, estando sola, no se rinde jamás como no lo haría tampoco el más férreo rebelde.
Y así de pequeño, en comparación con la ardua labor que implica criar hijos para bien, ha sido hoy el reconocimiento a ellas en el TSP en un país de mucha singularidad, pero que a todos, como a Eduardo Sosa, les gusta, compay.

