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Fidel Castro ha sido el guía de este país. Así decursó el hilo conductor de un emotivo encuentro realizado en el Tribunal Supremo Popular, bajo la conducción de los jueces de la Sala de lo Laboral y con la participación de otros trabajadores y niños de la escuela René Fraga Moreno, centro con el que se mantienen estrechos vínculos a partir del programa institucional Tribunales Populares Puertas Abiertas, que entre sus objetivos contempla la educación jurídica y el intercambio frecuente con el entorno inmediato.
Los niños aseguraron serle fiel al legado de su líder, al tiempo que se mantenía en una pantalla nuestra bandera y la convicción de que la Revolución Cubana vivirá por siempre.
Los rostros de Claudia, Dianelis, Yanay y Lorena, junto al de su maestra, se mostraban emocionados ante cada canto, baile o poesía dedicado al eterno Comandante.
Por su parte, a los trabajadores allí presentes, atentos, comprometidos, y a pesar de que el canto de Lorena afirmaba que a los héroes se les recuerda sin llanto, más de una lágrima les rodó escurridiza ante las palabras e imágenes del líder de la juventud del centenario.
Las emotivas palabras de la jueza Aymée Fernández Toledo lo describieron nuevamente en su ascenso indetenible hacia la eternidad. Fidel pueblo, símbolo de esperanza, conocedor de todo, portador de la llave mágica que abría todas las puertas.
Luego se hizo el silencio cómplice; poco a poco voces de todos lados rememoraron el Canto a Fidel y las flores blancas en las pequeñas manos volvieron a hablar de pureza y alma buena. Y se volvió a decir, a viva voz: Gracias por tu corazón, GRACIAS POR TODO, FIDEL.
