Apertura del año judicial 2025. Discurso de la joven jueza Patricia Romero Madrigal.

Buenos días:

• Esteban Lazo Hernández, miembro del Buró Político y presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular y del Consejo de Estado.

• Manuel Marrero Cruz, miembro del Buró Político y primer ministro de la República.

• Salvador Valdés Mesa, miembro del Buró Político y vicepresidente de la República.

• Roberto Morales Ojeda, miembro del Buró Político y secretario de Organización del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.

• Rubén Remigio Ferro, presidente del Tribunal Supremo Popular.

• Representantes de los órganos, organismos y demás instituciones presentes.

• Estimados magistrados e invitados que nos acompañan:

Asumo el alto honor y la gran responsabilidad de hablar en nombre de los jóvenes jueces cubanos, y aquí, hoy, en este acto solemne, ante ustedes, les comparto que, impartir justicia en nombre del pueblo, representa para quienes tenemos esa función, un gran reto, con independencia de la edad que se tenga. Para nosotros, los jóvenes jueces, constituye un desafío aún mayor porque conlleva más tiempo de preparación, estudio, adentrarse en el oficio, y así poder asegurar el cumplimiento, con calidad, de una justicia efectiva y transparente, basada en el respeto de la Constitución y las leyes.

Los jueces decidimos, entre otras cosas, sobre la vida de las personas, por lo que debemos ser capaces de resolver los procesos judiciales con discrecionalidad, racionalidad, justeza y ponderación. Por eso, nos empeñamos, todos los días, en hacerlo mejor y es nuestra máxima: “ser justos en cada decisión adoptada”.  

Los jóvenes que decidimos ingresar a la judicatura, lo hacemos motivados por la satisfacción que se siente cuando se trabaja por y para el pueblo y en su nombre se le otorga, a cada caso, la solución que corresponde. Estimo que, sin menospreciar a ninguna de las profesiones, la nuestra, es de las más complejas, difícil, apasionante, arriesgada y digna en los tiempos actuales, aun así, no renunciamos ni renunciaremos a estar aquí, a querer hacerlo bien, a perfeccionar lo que hacemos para que sea mejor, y así, continuar siendo merecedores de la confianza que en nosotros depositó el pueblo de Cuba. Tomo las palabras del presidente Díaz-Canel Bermúdez cuando expresó:

“El momento es muy difícil, pero la historia que le antecede es tan inspiradora y heroica que responde a todas las interrogantes con la simple y desafiante frase con la que el General de Ejército nos enseñó a enfrentar las dificultades: ¡Sí Se Puede! Y para nosotros Presidente ¡siempre se podrá!

Compañeras y compañeros; me gustaría compartir con ustedes una experiencia personal:

Desde el primer acercamiento que tuve con el Sistema de Tribunales, en la práctica preprofesional que se realiza como parte de la carrera de Licenciatura en Derecho, quedé cautivada con la labor de esta institución, creciendo en mí una admiración tal por ella, que decidí ejercer como jueza una vez graduada. Hace un año, tomé posesión como jueza profesional titular, en una ceremonia hermosa en la que, junto a otros compañeros, juré mi compromiso con la justicia cubana. En aquella ocasión, recibí de las manos de los magistrados eméritos, la Toga, prenda distintiva de esta profesión, la cual visto con orgullo en cada acto judicial, y a partir de ese momento comenzó una parte de mi vida que aún es la más difícil, porque no son pocos los obstáculos que se interponen, en el día a día; sin embargo, es también la más gratificante; pues no existe mayor satisfacción que ejercer aquello que por vocación se elige y se quiere ser.

El Sistema de Tribunales de Justicia de Cuba está dotado de un capital humano, en el que se combinan experiencia y juventud, lo cual constituye una mezcla enriquecedora: la experiencia de los veteranos y las ansias incansables de hacer y aprender, de los más jóvenes, se retroalimentan constantemente e impactan, de manera directa, en la calidad de los procesos. Mis respetos para los mayores, siempre. A ellos, nuestra gratitud, por el ejemplo, la confianza, el acompañamiento y la oportunidad. Nosotros sabremos serles fiel a la continuidad de la obra, somos conscientes de lo que defendemos, garantizamos y le cumplimos y cumpliremos a la Revolución, desde nuestro modesto puesto.  

Permítanme concluir, recordando en esta mañana, al eterno Comandante en Jefe Fidel Castro, quien, el 4 de abril de 1962, en la Clausura del Congreso de la Asociación de Jóvenes Rebeldes expresó:

“(…) Es necesario que creamos en los jóvenes, creer en los jóvenes no es ver en los jóvenes a la parte del pueblo simplemente entusiasta, no es ver en los jóvenes aquella parte del pueblo entusiasta pero irreflexiva, llena de energía, pero incapaz, sin experiencia. Creer en los jóvenes no es ver a los jóvenes simplemente con ese desdén con que muchas veces las personas adultas miran hacia la juventud.  Creer en los jóvenes es ver en ellos además de entusiasmo, capacidad; además de energía, responsabilidad; además de juventud pureza, heroísmo, carácter, voluntad, amor a la patria, fe en la patria; Amor a la Revolución, fe en la Revolución; confianza en sí mismos, convicción profunda de que la juventud puede, de que la juventud es capaz, convicción profunda de que sobre los hombros de la juventud se pueden depositar grandes tareas (…)”

¡Gracias al Sistema Judicial cubano por creer en nosotros los jóvenes, y por confiarnos grandes tareas ¡ 

Muchas Gracias.