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En los tiempos actuales, la comunicación organizacional ha adquirido gran relevancia, ya que, en consonancia con los fines y actividades de las entidades y organismos, facilita la interrelación con sus diferentes públicos y contribuye a proyectar y difundir la identidad e imagen de aquellos.
La condición de servidores públicos de los tribunales cubanos implica una alta responsabilidad, pues las acciones y resultados de su trabajo impactan directamente en la ciudadanía. En este sentido, y a partir de la analogía de que abrir una puerta es dar acceso o facilidad a algo, la máxima instancia judicial ha diseñado un programa institucional de puertas abiertas.
Desde la Estrategia de comunicación organizacional del Sistema de Tribunales, aprobada por el Consejo de Gobierno del Tribunal Supremo Popular (TSP), se «reconoce y jerarquiza la importancia que revisten los vínculos comunicacionales de diverso tipo que se establecen entre los integrantes de nuestros órganos y […] el público externo».
Uno de los principales objetivos de la labor de los tribunales es elevar la conciencia jurídica y social de los ciudadanos, idea que se refuerza con las recomendaciones formuladas por la Asamblea Nacional del Poder Popular, en las rendiciones de cuenta del TSP ante el Parlamento, de «continuar fortaleciendo una estrategia comunicacional encaminada a elevar la educación jurídica del pueblo».
Para lograr este fin, se establece un programa institucional denominado Tribunales populares: puertas abiertas, que prevé un conjunto de acciones y actividades, que deben realizarse de forma concreta, planificada y sistemática.
Estas actividades pueden efectuarse tanto en las sedes judiciales como en otros espacios. Entre las acciones de puertas abiertas más significativas realizadas por el Sistema de Tribunales, se encuentran los conversatorios en centros de enseñanza, que incluyen no solo a estudiantes, sino también a los padres de estos; los vínculos con las direcciones municipales y provinciales, y los ministerios de Educación y Educación Superior; las conferencias impartidas en otras instituciones, a solicitud de estas, como acciones de capacitación; los encuentros con la comunidad (Barriodebate) y delegados de consejos populares; la comparecencia de magistrados y jueces en medios de prensa; las relaciones de colaboración con representantes de las estructuras de base de las organizaciones de masas y sociales situadas en el vecindario en que se encuentra la sede judicial, así como con los integrantes de las entidades ubicadas en el entorno.
Todo ello debe ser consecuente con la condición de los tribunales, garantes de la seguridad jurídica y la tranquilidad ciudadana, y que cumplen el mandato constitucional de impartir justicia en nombre del pueblo de Cuba, y las acciones de comunicación deben reflejar, con veracidad y transparencia, su funcionamiento.
Tales vínculos son trascendentes en la calidad de la labor judicial y tienen un impacto directo en la comunidad en la que se enmarcan los tribunales y en la población en general. Además, constituyen valiosas oportunidades de retroalimentación respecto a la percepción que existe sobre el trabajo jurisdiccional y tributarán al concepto que, sobre el sistema judicial cubano, se tendrá y, por tanto, a su prestigio, confianza y credibilidad.
Tomado del Granma: https://www.granma.cu/cuba/2023-10-05/puertas-abiertas-para-una-mayor-cultura-juridica