En virtud de su condición de colonia de España, no existieron en Cuba tribunales de justicia propios; la legislación aplicable y los órganos judiciales eran los establecidos en la metrópoli.
La creación del Tribunal Supremo de Cuba data del 14 de abril de 1899, constituido por una Sala Única para impartir justicia, órgano que sufrió sucesivas modificaciones y se institucionalizó mediante la Ley Orgánica del Poder Judicial de 27 de enero de 1909.