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La impartición de una justicia popular, transparente y garantista fue uno de los motores impulsores de la vida de José Alejandro García Álvarez (1915-2001), quien durante 40 años se desempeñó como magistrado del Tribunal Supremo Popular (TSP) de Cuba y presidió su la Sala de lo Penal desde 1973.
A este hombre de origen humilde y consecuente con sus actos se dedicó en 2014 la quinta edición de la colección Memoria Judicial, serie de libros del TSP que modestamente rinde tributo a figuras excepcionales de la judicatura cubana y rememora acontecimientos relevantes del sistema judicial. Las páginas de José A. García Álvarez: combate y justicia popular perpetúan la labor y el pensamiento de alguien que se ganaba el respeto y admiración de colegas y conocidos gracias a su sencillez y conocimientos.
Esa sencillez también la volcó en su manera de escribir, lo cual destaca en dos de los trabajos incluidos en el mencionado libro: "Los Tribunales Revolucionarios (primera etapa)” y “Apuntes sobre el Derecho Penal”, publicados en 1962.
La historia del Tribunal Revolucionario, institución judicial que ininterrumpidamente, de enero a julio de 1959 juzgó, con la participación popular, los delitos cometidos por criminales de guerra al servicio de la dictadura precedente, es el eje del artículo publicado también en el primer número de la Revista Justicia y Derecho, del TSP. La misión y objetivos fundamentales, cómo eran constituidos, las características del procedimiento, los recursos de apelación y casación y las sanciones impuestas más comunes se pueden conocer mediante este artículo, que recoge el accionar de tribunales que marcaron la historia de Cuba y América, al decir de su autor.
Claro y ameno es el lenguaje empleado también por García Álvarez en “Apuntes sobre el Derecho Penal”, donde vaticina y fundamenta, tras un profundo análisis, la necesidad de transformación de las leyes penales en una sociedad con nuevo orden político-social y nuevas concepciones acerca del delito.
Los otros dos trabajos que conforman el libro en cuestión son de la autoría del juez Danilo Rivero García, ya desaparecido físicamente. En uno transcribe una sentencia de García Álvarez y comenta por qué esta debe ser considerada histórica: "La importancia que le atribuyo a la citada sentencia, consiste –precisamente– en el momento de su aparición, fecha posterior y próxima a la entrada en vigor de la Ley No. 21 de 15 de febrero de 1979 (en lo adelante Código Penal de 1979), y en el esfuerzo que advierto en la misma para explicar las variaciones que fue objeto el delito de malversación, en relación con la legislación precedente".
En el segundo, hace referencia a un acuerdo emitido por el Consejo de Gobierno del TSP que modificó la actuación de los tribunales en los procesos penales, en cuanto a incluir en acta las declaraciones realizadas en el juicio oral, tomar las decisiones judiciales basándose en la valoración de las pruebas presentadas y argumentar detalladamente los motivos de esas decisiones.
Fotografías y documentos digitalizados relacionados a José Alejandro García Álvarez clausuran las páginas de este ejemplar, del cual probablemente, el material más valioso sea la carta de despedida de sus colegas al jubilarse, cuando se separaban de alguien que volcó una vida y labor profesional en colocar la justicia al servicio del pueblo.