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Los tribunales son una escuela. Esa es —quizás— la frase que más he escuchado en los años (que ya no son pocos) que llevo formando parte de la gran familia judicial cubana. La cordialidad, el compañerismo, la disciplina, la responsabilidad y la ética son algunos de los valores que se aprenden o fortalecen en esa «escuela», así como ese constante afán por, desde nuestros pedacitos, hacer las cosas bien, velar siempre por la calidad y aspirar a la excelencia.
Dicho lo anterior, no es difícil encontrar, en las diferentes instancias de los tribunales del país, personas valiosas, de esas que cumplen —como dijera nuestro Apóstol— «sencilla y naturalmente» con su deber.
Plácido es una de ellas. Con su afable sonrisa, el tono sereno de su voz, su actuar comedido, su entusiasmo y disposición para cualquier tarea, Plácido —sin decirlo— nos transmite el mayor de los mensajes: la humildad es la fuente de todas las demás virtudes. Y este valor que (a)parece ligado a su semblante también forma parte de su filosofía de vida. Tanto es así que, el 24 de junio de 2022, al ser impuesto con la condición de Magistrado Emérito, en sus palabras de agradecimiento expresó: «No solo la inteligencia, sino también —y fundamentalmente— la modestia, la humildad, la decencia, la lealtad hacen a un hombre crecerse y ser íntegro».
Plácido Batista Veranes ingresó al Sistema de Tribunales en 1977 como juez profesional. Fue presidente del Tribunal Municipal Popular de Marianao, presidente de sección y de la Sala Cuarta de lo Penal del Tribunal Provincial Popular de Ciudad de La Habana, donde también fungió como presidente de la Sala de los Delitos contra la Seguridad del Estado. Es especialista en Derecho penal. Y desde el 2001 hasta agosto de 2022 fue presidente de la Sala de los Delitos contra la Seguridad del Estado del Tribunal Supremo Popular, en la que aún labora como magistrado.
Por su permanencia y trayectoria ejemplar al servicio de la administración de justicia, y por su conducta intachable, ha sido merecedor de varios reconocimientos, entre los que figuran: el de Cuadro destacado del Estado, que le fuera entregado personalmente por nuestro eterno Comandante Fidel Castro Ruz; la distinción Enrique Hart Dávalos; la medalla Jesús Menéndez y el Reconocimiento al Mérito Judicial, máximo galardón concedido por el Sistema de Tribunales. Fue, además, fundador de la Unión Nacional de Juristas de Cuba.
Plácido, quien se declara un apasionado del trabajo en los tribunales, y aplica a cabalidad la máxima martiana de que «el deber de un hombre está allí donde es más útil», es un referente obligado para aproximarse a la historia de los tribunales en Cuba.
Entre los procesos judiciales que ha tenido a su cargo, cabe recordar, por su trascendencia histórica, los vinculados a los actos terroristas perpetrados por grupos contrarrevolucionarios financiados y entrenados, en la mayoría de los casos, por autoridades de los Estados Unidos, los cuales causaron graves perjuicios a las familias cubanas, así como a los bienes, recursos e instalaciones del pueblo.
Pero, recientemente, Plácido volvió a engrosar otra de las páginas que recogen la historia de los órganos judiciales cubanos. El 14 de diciembre de 2023, Plácido nos regaló un memorable momento de satisfacción, orgullo y alegría.
A propósito de un aniversario
El 2023 fue un año tremendo para el Sistema de Tribunales en Cuba. Todos los años se cumple años (valga la redundancia), pero no todos los años se celebra un aniversario cerrado. Y en el 2023 este Sistema arribό a su medio siglo de creación, y los festejos fueron muchos.
La jornada conmemorativa como mejor se celebró fue reconociendo a quienes han consagrado sus vidas al quehacer judicial, y a los que aún lo hacen, porque, volviendo una y otra vez al inagotable legado de Martí, «honrar, honra» y «no hay hermosura mayor que el agradecimiento».
Así, en ocasión de ese aniversario, nuestro querido Plácido recibió, en ceremonia solemne, una de las más altas condecoraciones que otorga el Estado cubano: el título honorífico de Héroe del Trabajo de la República de Cuba, convirtiéndose, de este modo, en el primer integrante del sistema judicial patrio en recibir tan alto reconocimiento.
Sobre este título honorífico
La creación del título honorífico Héroe del Trabajo de la República de Cuba se dispuso en el Decreto-Ley 30, de 10 de diciembre de 1979, en el que se consigna que tal título «se otorga a ciudadanos cubanos y extranjeros en reconocimiento a extraordinarios méritos alcanzados en el trabajo creador o en las luchas por las conquistas y en defensa de los logros e intereses de la clase obrera; así como por la práctica consecuente y aportes valiosos al internacionalismo proletario».
Su otorgamiento, a tono con lo estipulado en el Artículo 128, inciso r), de nuestra Carta Magna, se aprueba por el presidente de la República, a partir de las propuestas hechas por el secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba, una vez valorado el parecer de sus sindicatos.
De conformidad con lo anterior y con lo refrendado en el inciso ñ) del citado artículo constitucional, el presidente de la República emite un decreto presidencial mediante el cual decide conceder —en reconocimiento a la actitud destacada en la labor que desempeñan, a su amplia trayectoria laboral, por los méritos alcanzados como resultado de ello y por ser ejemplos para el desarrollo del sector que representan— el título a los compañeros propuestos, así como la imposición de la medalla Estrella de oro del trabajo, insignia que lo representa, en ceremonia solemne.
Consulte y descargue aquí:https://www.tsp.gob.cu/gaceta-oficial-no-24-ext-especial-de-14-de-diciembre-de-2023, la Gaceta Oficial de la República de Cuba no. 24, edición extraordinaria especial, de 14 de diciembre de 2023, en la que se consigna la imposición del título honorífico de Héroe del Trabajo de la República de Cuba a Plácido Batista Veranes, así como de condecoraciones estatales a otros valiosos integrantes del Sistema de Tribunales cubanos.