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Es único de su tipo, pero no solo por “raro” atrae la atención: tiene una majestuosidad imponente, y a más de un siglo de edificado sigue siendo su diseño forma válida para, desde el inmueble, provocar un sentimiento de respeto hacia lo que representa: la justicia.
La sede del Tribunal Provincial, conocida por La Audiencia, es uno de los baluartes del patrimonio arquitectónico en Pinar del Río y preservarlo figura entre las responsabilidades contemporáneas, en deuda con el pasado y como legado para el futuro; algo en lo que se han dado significativos pasos de avance.
POR EL BIEN PÚBLICO
Financiado por el Tribunal Supremo Popular, el proceso de restauración comenzó en el 2015, continuará durante el 2018 y parte del 2019. Las labores se iniciaron de adentro hacia afuera, rescatando primero aquellos locales donde con mayor frecuencia asiste la población.
Así lo destacó Yojanier Sierra Infante, presidente del Tribunal Provincial, quien resaltó el hecho de que no se trata solo de crear ambientes agradables para los trabajadores, sino para que cualquier persona al ir allí, sea cual sea la circunstancia que lo lleve hasta sus instalaciones, esté en un entorno acogedor. La obra es otra de las ejecutadas a partir del programa por el aniversario 150 del otorgamiento del título de Ciudad a Pinar del Río.
Y recuerda que en el juicio del Moncada Fidel expresó: “No es conveniente, os lo advierto que se imparta justicia desde el cuarto de un hospital rodeado de centinelas con bayoneta calada, porque pudiera pensar nuestra ciudadanía que nuestra justicia está enferma... y está presa”. Añade: “Y no queremos que nuestra sede parezca, sucia, pobre, desaliñada, deteriorada, sino que todo debe tener una misma línea, por eso priorizamos las áreas que tienen un mayor flujo de visitantes, donde prestamos más servicios”.
Las salas destinadas a los procesos penales y civiles ya fueron recuperadas. En la primera sustituyeron las persianas por vitrales con imágenes asociadas a la historia vueltabajera, permitiendo un mayor uso de la iluminación natural. En la segunda, que llevaba seis años en desuso, Sierra Infante realza el timbre y confiesa que ninguno de los otros modernos emite el sonido igual: la pieza de bronce, tiene más de un centenar de años y es un elemento distintivo de la rutina judicial, tocarlo al iniciar y culminar una sesión.
DESAFÍOS
Yojanier no niega que ha sido un desafío personal y profesional, como director del Tribunal, el proceso de restauración. Este camagüeyano de cuna, residente en La Habana hace varios años, llegó a Pinar del Río por un corto periodo de tiempo “para cumplir una misión”, pero ya está indisolublemente ligado a la provincia, tanto por la estancia, más prolongada de lo pensado inicialmente, como por el hecho de que su familia creció aquí, pues él y su esposa ya conocen el milagro de la paternidad.
Pero sobre todo ha sido un reto sin conocimientos de construcción asumir la rehabilitación de un inmueble, por demás con alto valor patrimonial, lo que añade rigor a la tarea, y requiere de constantes consultas a las entidades reguladoras encargadas de velar por la preservación de este. No obstante, el presidente del Tribunal Provincial señaló que todo lo han realizado con artistas del territorio.
Destaca la recuperación del mobiliario, el mismo desde la apertura en el ya lejano 1911, confeccionado con maderas preciosas de la localidad, específicamente caoba. También conservan las lámparas originales de bronce.
Ya trabajaron en las oficinas de los jueces, las galerías, escaleras, patio interior y salones de reuniones. Entre las labores pendientes está que la red eléctrica no soporta la sobrecarga y ello impide incluso el empleo de los equipos de climatización instalados hasta en las salas.
Sierra Infante quiere mostrar hasta los mínimos detalles, los capiteles, los techos, la pintura mural, los escudos confeccionados en vitrales, la ambientación... y es que han sido minuciosos, por lo que agradece el asesoramiento de las oficinas de Patrimonio y del historiador de la ciudad.
Quedan tres oficinas por remozar y el mobiliario de varias de ellas, el reto de mayor envergadura será devolverle a la piedra del exterior la salud, porque en algún momento fue repellada y esa cubierta de cemento reventó en algunas partes, es preciso retirarla, darle tratamiento y devolverle su imagen inicial, lo cual prevén realizar con especialistas del proyecto Fidias.
PASO A LA MODERNIDAD
A la par de todas las faenas encaminadas a devolverle al edificio los atributos que lo hacen único dentro de la arquitectura local, modernizan sus sistemas de trabajo, e implementan la digitalización de los juicios, haciendo un engarce de lujo entre pasado y futuro al crear una base de datos en este soporte de manera inmediata al desarrollo de cualquier proceso penal, pues hasta el acta se redacta directamente ya en computadora. En la entrada un monitor ofrece información sobre el funcionamiento de las salas y los planes futuros contemplan una transmisión en vivo, lo que Yojanier argumenta: “Todos los juicios son públicos y cualquiera tiene derecho a saber lo que ocurre en ellos, facilitar el acceso a esa información es también parte de nuestra responsabilidad”.
EN LA MIRILLA
No está ajeno a las críticas y cuestionamientos que realiza la población por el cercado perimetral que establecieron en las áreas exteriores del parque, para proteger los materiales y recursos de la construcción. Sobre el tema explica que al concluir las labores lo retirarán.
Y todo deberá recuperar el esplendor inicial, incluso aguardan por ese momento para que los bancos y luminarias del patio interior, armonicen con los que sean colocados allí y lograr así toda la integración de la plaza y el inmueble.
“La Audiencia”, “El palacio de justicia”, “El Tribunal”, son apelativos que usan los pinareños indistintamente para referirse a este edificio, al cual nadie quisiera tener que ir y solo apreciar con fines estéticos, pero su existencia es una necesidad dentro de las sociedades modernas.
Por ello si además de cumplir con su encargo puede embellecer el entorno, pues mejor, máxime cuando es un baluarte arquitectónico. Y destaca Sierra Infante: “Hay mucho patrimonio e historia que conservar”.

