
La ética por si sola como una rama de la filosofía ha trascendido en el tiempo soberana entre otras disciplinas que la acompañan. La pretensión de equilibrar y ajustar los comportamientos sobre la base de lo adecuado se ha sostenido como inquietud desde la antigüedad.
A sabiendas de sus imperfecciones, el hombre no solo como ente, sino como ser social, ha definido en dependencia del contexto o las circunstancias, pautas para ajustarse a lo “ideal” de cada momento. Los códigos se convierten así, en parte indispensable de los cimientos de una sociedad o de una institución.
En el ámbito judicial, el código de ética procura convertir los valores que promueve en una garantía ciudadana.
Magistrados, jueces, secretarios judiciales y demás trabajadores del sistema de tribunales tienen la obligación, como servidores públicos, de acogerse con apego a lo que este documento plantea. Decente, decorosa, honrada y moralmente intachable, así debe ser la conducta que prevalezca en el desempeño de sus funciones y también fuera de ellas. El sentido de lo justo, la independencia, la imparcialidad, la transparencia, la probidad, el humanismo, la honestidad, la calidad, la responsabilidad y el patriotismo resaltan como valores institucionales fundamentales.
El hecho de impartir justicia con plena conciencia de que se está actuando en nombre del pueblo de Cuba, es suficiente argumento para ser consecuente por convicción, con esa ética que siempre debe traducirse en un incremento de la calidad en la gestión de los tribunales cubanos.
Sobre el tema dialogamos con un juez profesional y una secretaria judicial con más de 35 años de labor en el Sistema de Tribunales. Al referirse a los valores que enuncia el Código de ética judicial, expresaron:
Yoannis Chávez Llópiz, presidente de la Sala 3ra de lo Penal del Tribunal Provincial Popular (TPP) de Santiago de Cuba: “Hay valores que más a lo propio de nuestra actividad también adquieren una relevancia sin igual: sentido de lo justo, imparcialidad, apego a las normas, observancia de las garantías de los litigantes, lo que sin dudas engrandece nuestra función. Cada precepto que norma el Código adquiere plena vigencia en el actuar cotidiano de todos los trabajadores del sistema y evidentemente su importancia radica en ser la barrera que no debemos sobrepasar.”
Vilmaris Pérez Téllez, secretaria judicial de la sala primera de lo penal del TPP de Santiago de Cuba:
Para quienes integramos la gran familia judicial en Cuba es deber permanente e inexcusable sentirnos y comportarnos como verdaderos servidores públicos, dignos, honestos e incorruptibles. Asumir consecuentemente esos deberes determinará el nivel de confianza y satisfacción que el pueblo sienta y manifieste en relación con la actuación de nuestros órganos de justicia.
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Comentarios
Es que llevas el Tribunal y tu condición de trabajador del sistema en tu vida, es ella misma, creo que metafóricamente hablando: La transpiras y la respiras...