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La tecnología está impactando gran parte de la vida cotidiana de los individuos; esta, junto con la comunicación, se ha ido articulando para generar avances significativos que aceleren y perfeccionen la transformación digital.
Por otra parte, el conocimiento científico es un caudal siempre en movimiento, que se forma por aportaciones diversas, que lo enriquecen, y que requieren elementos e instrumentos que, enlazados, generen interacciones fructíferas que culminen en una mayor y mejor comprensión del mundo en el que vivimos.
En este sentido, la publicación de trabajos en revistas científicas en línea permite incrementar la interacción entre profesionales nacionales y extranjeros, propiciando la retroalimentación en cuanto a las investigaciones y, con eso, se abre la posibilidad no solo de que los resultados de los estudios sean conocidos, sino que además sean utilizados con mayor facilidad en la medida en que sean requeridos.
Es por ello que las revistas científicas representan uno de los canales más importantes para la comunicación de resultados, para acceder a discusiones, aportes y hallazgos gestados en un campo disciplinar específico, y de esta forma lograr dar visibilidad a las investigaciones que se realizan en nuestras instituciones.
En consecuencia, en el contexto del Día del Trabajador Jurídico, tuvo cita este 6 de junio en el Aula Magna del Colegio San Gerónimo, la presentación de la Revista Justicia y Derecho, pero esta vez llega a nuestras manos en su versión digital, resultado de un proceso de perfeccionamiento editorial que comenzó en diciembre del pasado año.
Dicha revista surgió en junio del 2003, como una publicación en formato impreso, con una frecuencia bianual, gestada para fomentar el debate, a partir de artículos y comentarios de los jueces y otros especialistas del sector jurídico, en los que se abordaban cuestiones diversas de las múltiples aristas del Derecho.
Para el 2013, el Tribunal Supremo Popular marcó un nuevo propósito: la especialización de la revista, y en 2019 se dio inicio a una fase de mejoramiento editorial que culminaría con la consecución de que dicha publicación además de científica, fuera en línea, esta publicación incluirá contenido novedoso de impacto científico vinculado con la ciencia jurídica, en singular, la impartición de justicia.
Un triunfo que fue proporcionado por la excelente y determinada colaboración de varias áreas del alto órgano judicial: Unidad de Desarrollo e Innovación con su permanente motivación; la Dirección de Comunicación Institucional en la planificación, organización, conducción y realización de todas las tareas; y el respaldo imprescindible de la Dirección de Informática.
Asimismo, se apreciaron las contribuciones técnicas de alto valor, como las de los especialistas del Instituto de Información Científica y Tecnológica (IDICT), dependencia del CITMA con las que se contrató el asesoramiento, y las de otros que ya venían dando pasos en el terreno de las publicaciones científicas en línea, como el profesor Alejandro González Monzón, de la Revista Cubana de Derecho.
A fundamental misión, se unieron luego con gran entusiasmo y abnegación el equipo editorial con que hoy cuenta Justicia y Derecho, que pasó de ser una idea a convertirse en una potencial realidad que enaltece nuestro ámbito jurídico cubano.