Rechazo a la injerencia extranjera y el bloqueo económico y comercial contra Cuba
Este 2 de marzo, hace 124 años, se promulgó la Enmienda Platt, una imposición injerencista de Estados Unidos que, en 1901, marcó un capítulo oscuro en la historia de Cuba. Este documento, incorporado a la Constitución cubana de ese año como condición para poner fin a la ocupación militar estadounidense, otorgaba al país norteño el derecho a intervenir en los asuntos internos de la isla y a establecer bases militares en su territorio, como la Base Naval de Guantánamo, que aún permanece bajo control extranjero. La Enmienda Platt no solo fue una afrenta a la soberanía cubana, sino también un recordatorio de que su independencia estaba condicionada por los intereses de una potencia extranjera.
Aunque fue derogada en 1934, su legado de injerencia y dominación ha dejado una huella imborrable en la memoria colectiva del pueblo cubano. Desde el triunfo de la Revolución Cubana en 1959, Cuba ha mantenido una postura firme contra cualquier forma de injerencia extranjera.
Fidel Castro, líder histórico de la Revolución, siempre defendió la idea de que este territorio no sería nunca más un patio trasero de ninguna potencia; postura sostenida a lo largo de los años, a pesar de las presiones y los intentos de desestabilización por parte de Estados Unidos, el cual no ha cesado su política injerencista.
Desde la crisis de octubre en 1962 hasta los intentos de aislamiento diplomático y económico, Estados Unidos ha buscado imponer su voluntad sobre nuestro país. Sin embargo, Cuba ha respondido con resistencia y dignidad, defendiendo su derecho a la autodeterminación y a construir su propio modelo de desarrollo.
Uno de los instrumentos más crueles de esta política injerencista es el cerco económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos contra Cuba desde 1962. Este, lejos de lograr sus objetivos de debilitar al gobierno cubano y provocar un cambio de régimen, ha sido un fracaso rotundo. En lugar de doblegar al pueblo cubano, lo ha fortalecido en su determinación de resistir y luchar por su soberanía.
El bloqueo ha tenido un impacto devastador en la economía de la mayor de las Antillas, limitando el acceso a medicamentos, alimentos y tecnología. Sin embargo, Cuba ha demostrado una capacidad extraordinaria para sobrevivir y avanzar, incluso en las condiciones más adversas. Ha logrado avances significativos en áreas como la educación, la salud y la ciencia, a pesar de las limitaciones impuestas.
La lucha cubana contra la injerencia y el bloqueo ha ganado el apoyo de la comunidad internacional. Cada año, la Asamblea General de las Naciones Unidas vota de manera abrumadora a favor de una resolución que exige el fin del bloqueo. Este respaldo internacional es un testimonio del rechazo global a las políticas injustas y coercitivas de Estados Unidos.
Mientras, Cuba constituye un ejemplo de solidaridad internacional, enviando médicos y personal de salud a decenas de países para combatir pandemias y desastres naturales. Esta actitud contrasta con la despiadada política de aislamiento promovida por Estados Unidos.
En este aniversario de la Enmienda Platt, es importante recordar que la lucha por la soberanía y la dignidad, no es solo un asunto del pasado, sino una batalla que sigue vigente. El bloqueo contra Cuba es una política obsoleta, cruel e injusta que debe terminar.
Es hora de que Estados Unidos respete el derecho de Cuba a existir como una nación libre e independiente. Los cubanos han demostrado que, a pesar de las adversidades, es posible resistir y avanzar. Esta actitud es un llamado a la justicia y un recordatorio de que ningún pueblo debe ser sometido a la voluntad de otro.
Hoy y siempre, reafirmamos nuestro rechazo a la injerencia y la voluntad de continuar defendiendo la soberanía y el derecho que nos asiste a un futuro libre de limitaciones y presiones externas.
¡Cuba vive, Cuba resiste, Cuba vencerá!