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"Enseñar puede cualquiera, educar solo quien sea un evangelio vivo". José de la Luz y Caballero
El sentido de lo justo y la ética le permitieron al magistrado Enrique Hart Ramírez (1900-1989) educar, con su ejemplaridad y por más de 50 años, a quienes trabajaron en su compañía. Cual evangelio vivo, cultivó también en sus hijos la honestidad, valor moral al que consideraba "una condición a la que todos debemos aspirar". Así recordaba Armando Hart Dávalos, destacado intelectual y político cubano, las enseñanzas de su padre, durante un acto solemne efectuado en el 2000 en honor a su memoria.
Sobre la vida y obra de quien se desempeñara como presidente del Tribunal Supremo de Cuba desde febrero de 1959 hasta junio de 1980 trata la primera entrega de la colección Memoria Judicial, serie anual surgida en 2010 en el marco de las celebraciones por el 8 de junio, Día del trabajador jurídico, con el propósito de homenajear a figuras cimeras de la judicatura cubana y de recrear hechos relevantes de la historia del sistema judicial cubano.
En la síntesis biográfica de Enrique Hart Ramírez: maestro de jueces y de hombres, se puede conocer que el homenajeado nació con otro nombre y se lo cambió al alcanzar la mayoría de edad; que su creencia en la correcta aplicación de la ley lo hacía un "tonto", tal como llamaban a los jueces honrados en la época; de su dolor indescriptible al perder a uno de sus hijos; de las presiones y amenazas a las que fue sometido, acompañadas de causas judiciales en su contra; de sus relevantes aportes a las transformaciones legislativas de una Cuba revolucionaria y justa; y de su participación en organismos internacionales.
Fotografías, fragmentos de varios discursos en el Acto de apertura del año judicial e intervenciones de otros funcionarios cubanos fueron seleccionados para conformar el libro donde, si bien pudieran extrañarse sentencias de la autoría de Hart Ramírez, las más de 150 páginas son demostraciones de conocimiento, entereza y dignidad que compensan esa falta.
Una parte de la selección de textos la conforman las palabras de Enrique Hart como presidente del Tribunal Supremo en el acto de inicio de los años judiciales 1961, 1963, 1964 y 1966, dedicadas principalmente a los cambios en el ejercicio del Derecho en el nuevo escenario político-social cubano. La práctica del Derecho en la sociedad socialista, la organización de los tribunales, la conducta de los jueces, lo popular en la administración de justicia, la independencia judicial y la actividad legislativa son algunos de los temas que aborda.
Otra parte de la selección la componen los discursos pronunciados en el acto de constitución del Tribunal Supremo Popular, el 23 de diciembre de 1973; en el homenaje a los cincuenta años de graduación de Hart Ramírez como Doctor en Derecho Civil y Derecho Público; y en el recibimiento de la Orden Nacional José Martí, con motivo de su jubilación tras una intachable labor en la impartición de justicia.
El libro refleja a un hombre que fue modesto hasta el final de sus días. Las palabras pronunciadas en su sepelio y en posteriores homenajes a su memoria evidencian que legó a las nuevas generaciones un caudal de eticidad, rectitud y entereza, forjado gracias al andar, por más de 50 años, por "un camino recto siempre flanqueado por emboscadas peligrosas".