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El Sistema de Tribunales de Cuba abriga, entre sus miembros, a jóvenes que cada año ingresan a los órganos judiciales como jueces suplentes no permanentes, una vez culminados los estudios universitarios de la carrera de Derecho y transcurrido el periodo de adiestramiento. Estos representan el mayor porciento de los jueces profesionales y, atendiendo a su desempeño, ocupan la categoría de titular o permanente.
Teniendo en cuenta que los tribunales tienen como misión impartir justicia en nombre del pueblo, se demanda de todos los trabajadores judiciales una permanente actuación apegada a principios y valores, que legitimen y enaltezcan la justicia como virtud, especialmente en el ámbito de una sociedad solidaria y digna como la nuestra, motivo que inspira a los jueces, no solo a ir más allá del elemental cumplimiento de sus deberes funcionales respetando las leyes, sino actuando permanentemente en concordancia con estas.
Por eso, los jóvenes que integramos el Sistema tenemos un alto compromiso con la función que realizamos, somos conscientes de la trascendencia de nuestras decisiones para los derechos y bienes de las personas, la familia, la economía de la sociedad e, incluso, la libertad, lo que exige de nosotros constante autopreparación, a fin de que nuestra actuación esté respaldada por el sentido de la justicia, la racionalidad, sensatez, legalidad, imparcialidad, profesionalidad y transparencia. En este empeño la perfecta e innegable combinación de juventud con experiencia ha jugado un papel importante.
Nos ha tocado, de igual manera, lidiar con las problemáticas de nuestro tiempo y enfrentar las dificultades que se nos presentan. Nuestra labor también se evidencia en la investigación y realización de trabajos científicos, cuyos resultados exponemos en disímiles eventos, con la finalidad de hacer propuestas para el mejoramiento de la actividad judicial.
Por otro lado, las nuevas generaciones de jueces debemos mantener siempre una conducta ética como forma de vida, que realce siempre y en cualquier sitio la profesión que ejercemos.
En nuestro centro somos parte de la dirección y de la cantera de reservas de cuadros, fungimos como presidentes de secciones, asistentes judiciales o personal auxiliar, misiones que nos han sido encomendadas y que desarrollamos con responsabilidad, debido al sentido de pertenencia que tenemos con la profesión, inculcado por aquellos trabajadores más experimentados que, aún sin proponérselo, contribuyen a nuestra superación personal y práctica.
A pesar del desempeño como jueces, mantenemos un espíritu jovial, activo, con el cual contagiamos a todos; ello sin descartar la calidad que debe primar en el trabajo. La misión de impartir justicia con compromiso, responsabilidad y calidad, lejos de considerarse una carga, es asumida por los jóvenes con orgullo y satisfacción. Podemos asegurarlo. Somos parte de ellos.