
Esperamos que los elementos que ofrecemos aquí sirvan no solo para conocer al juez consagrado, sino, también, al incansable estudiante, presto siempre a ampliar sus conocimientos en diferentes esferas; al doctor en Derecho civil y en Derecho público; al licenciado en Derecho administrativo y en Derecho diplomático y consular; al eterno maestro, dispuesto, en cada momento, a compartir sabiduría y experiencias con sus semejantes; en fin, al hombre que sobresale en sus relaciones interpersonales y se gana el respeto de quienes saben reconocer los verdaderos valores humanos.