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Para todos los cubanos el 24 de febrero guarda un enorme simbolismo. Muy relevantes son los acontecimientos históricos de nuestro proceso revolucionario que marcan este día como uno de especial significación, de homenaje y recordación patriótica.
En diferentes momentos, en esta fecha se sucedieron hechos de suma importancia para el país. En 1899 entró victorioso el Generalísimo Máximo Gómez a La Habana; en 1956 se proclamó la fundación del Directorio Revolucionario por el líder estudiantil José Antonio Echeverría; y en 1958 se fundó en la Sierra Maestra, por Ernesto Che Guevara, la emisora Radio Rebelde, la cual se convirtió en un pilar de la comunicación de la Revolución.
Pero sin duda, la trascendencia mayor de la fecha tiene su raíz en aquel luminoso 24 de febrero de 1895, en que nuevamente el pueblo cubano dejó testimonio indeleble al mundo de su rebeldía y espíritu revolucionario. Ese día, domingo de carnaval, se escuchó en Baire nuevamente el grito de Independencia o Muerte, dándole continuidad a la lucha que se había iniciado el 10 de octubre de 1868.
El reinicio de la guerra por la independencia de Cuba concretó los empeños de José Martí en el camino hacia una nación libre, «con todos y para el bien de todos», y demostró que la unidad es condición indispensable para vencer.
El 24 de febrero también marca de manera especial la historia constitucional de nuestra nación y el empeño en la construcción de la república que soñaba Martí. Primeramente, en 1976, se proclamó la Constitución de la República de Cuba, primera de carácter netamente socialista del hemisferio occidental; y, más recientemente, en 2019, quedó ratificada nuestra vigente Carta Magna, instrumento político-jurídico que se cimienta en los valores que han caracterizado al proceso revolucionario cubano y que responde a la decisión de, entre todos, forjar un país mejor.
Por todo ello, el 24 de febrero, para nosotros, deviene símbolo; y no es casual que en tan memorable día se hayan dado cita todos los cuadros del Tribunal Supremo Popular, encabezados por su presidente, Rubén Remigio Ferro, para, en ceremonia solemne, firmar el Código de Ética de los cuadros de la Revolución cubana.
Antes de la rúbrica del importante documento normativo, Karelia Martínez Rondón, directora de Cuadros del alto órgano judicial, explicó brevemente el contenido del Código, con cuya firma los cuadros de la institución refrendan el compromiso de aplicar los preceptos éticos que en este se consignan en su comportamiento y actuación, tanto en el ámbito laboral como en sus vidas.
El importante momento concluyó con las palabras de Remigio Ferro, quien expresó que se trataba de un acto sencillo pero con un extraordinario contenido y que al firmar dicho Código debíamos hacerlo con plena conciencia de la alta responsabilidad que se asume, ya que en lo adelante corresponde aplicar estos preceptos permanentemente.
Asimismo, manifestó que los cuadros deben plantearse qué más pueden hacer para cumplir de mejor manera con sus funciones y ser merecedores de la confianza que el pueblo ha depositado en ellos, porque la principal fortaleza ideológica se demuestra cumpliendo cada cual de la mejor manera con lo que le toca.
En todo el país se desarrollaron actos similares, en los que los cuadros del Estado cubano reafirmaron su compromiso como servidores públicos.