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En Cuba decir mujer es sinónimo de generosidad, esfuerzo, honestidad, justicia, ser de pensamiento profundo y de altos valores. Ya lo decía nuestro Martí cuando de forma magistral describe a quienes hacen realidad los sueños más sensibles de nuestra Revolución: “Esta mujer cubana, tan bella, tan heroica, tan abnegada, flor para amar, estrella para mirar, coraza para resistir”. Con 33 años de labor ininterrumpida en el Sistema de Tribunales, Odalys González Puente, pertenece a ese grupo de féminas que se hace ejemplo de constancia y responsabilidad. Como reconocimiento a su consagración, dialogamos con ella, en busca de otra historia de vida.
En el Tribunal Municipal Popular (TMP) de Habana del Este comenzó nuestra entrevistada su vida laboral. Allí estuvo varios meses desarrollando sus primeras habilidades hasta transitar por el referido órgano a instancia provincial en la capital de todos los cubanos. “Más tarde llegué hasta el Tribunal Supremo Popular (TSP), comenzando como mecanógrafa en la Sala de lo Penal. Después desarrollé otras funciones en la Dirección de Colaboración Judicial, donde comienzo a cumplir tareas que desarrollo en la actualidad, pues, aunque dicha dirección transitó por varias estructuras, las funciones de trabajo se han mantenido”, nos rememora Odalys y refiere cómo ha tenido la suerte de trabajar junto a dos presidentes del TSP, y a varios directivos que le han enseñado mucho de lo que conoce.
“Aquí he aprendido, además, a ser detallista en todos los documentos que elaboro, garantizando siempre su calidad. He aprendido disciplina laboral e informativa, desarrollé sentido de pertenencia gracias a la calidad humana de quienes tuve el placer de conocer y, por ello, la mayor parte de mi formación se la debo al TSP”.
De igual manera, conocemos que por tu trabajo sostenido y responsable has sido merecedora de varios reconocimientos. “Fui Vanguardia Municipal y Nacional del Sindicato de Trabajadores de la Administración Pública, seleccionada destacada por varios años consecutivos, como mejor trabajadora del centro y me otorgaron la distinción Enrique Hart y el sello conmemorativo 40 Aniversario de los Tribunales Populares”.
Reconocimientos que te impulsan a seguir trabajando cada día mejor; pero, ¿qué complementa la vida laboral de Odalys?
“Ese complemento del que hablas está en mi casa. Allí tengo a mi hijo y a mi nieto, los cuales son mi mayor tesoro. Además, tengo a mi mamá y a mis hermanos. Todos formamos una familia muy unida”.
Y aunque pudiera decirse fácil, han sido 33 años de mucho trabajo y que de seguro han dejado en ti a inolvidables personas a las cuales le estarás eternamente agradecida por todo lo que te enseñaron. “Muy en especial le agradezco a Juan Manuel Regalado Salazar, uno de los jefes que tuve y que le gustaba mucho enseñar. Él me dio la posibilidad de desarrollarme y de ampliar mis conocimientos, a pesar del enorme cúmulo de trabajo que tenía”.
Sencillez y disciplina distinguen a esta mujer de pocas palabras, pero de mucho hacer, pues siempre la descubriremos cumpliendo esa parte del deber que le corresponde. Muchas fueron las anécdotas que le faltaron por contar, pero prefiere que su día a día sea testigo de ello. Otra historia de vida de una fémina que se ha hecho parte imprescindible de la gran familia judicial cubana.