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Ni la distancia que impuso el teléfono en este diálogo o la fatiga por recorrer varias cuadras, ocultó su optimismo; pues recién repartía unas chequeras a algunos jubilados de la circunscripción 28 del Consejo Popular de Santiago de las Vegas. A Yusmielis García Clark le rondan los deseos de servir a los más vulnerables y sin toga, pero acompañada de altos valores éticos, colabora en el reparto Los Cocos, donde reside.
Yusmielis, jueza profesional del Tribunal Municipal Popular de Boyeros, se encontraba incorporada al tribunal regional en el municipio de 10 de Octubre, al conformarse esta estructura judicial en La Habana, a partir de las medidas implementadas para enfrentar el nuevo coronavirus.
Pero sus jornadas de trabajo judicial cambiaron cuando, en su zona de residencia, se detecta un foco de la COVID-19. Tras dar negativa a la enfermedad, la joven jueza decide asumir un nuevo rol donde continuaría siendo útil, el de mensajera voluntaria.
Al despuntar la mañana y con atuendo verde, mascarilla y guantes, comienza su labor junto al resto de los integrantes del grupo de trabajo de la comunidad. En aras de agilizar sus tareas, se organizan con el propósito de garantizar la entrega de alimentos y otros productos de primera necesidad a los habitantes de las viviendas aisladas.
Siempre disponible y con el móvil en alerta, no repara en servir bajo el precepto de ayudar a los demás, en el momento que la necesiten. Su mayor soporte es su familia, y confiesa sentirse reconfortada con la gratitud que emana de sus vecinos y con el hecho de sentirse útil, aun cuando en estos momentos no ejercer su profesión de jueza.
Sus vecinos conocen bien de su carisma y empeño, cualidades que la hacen una joven querida por quienes la han conocido y ven en ella el reflejo de esas virtudes que caracterizan a la juventud cubana.