
La historia de vida que en esta ocasión le proponemos tiene como común denominador la constancia y la entrega, dos valores que se reflejan en el quehacer de nuestra entrevistada con más de 30 años de labor en el Tribunal Supremo Popular (TSP). Eridania Martiatu Hidalgo, es de esas féminas a través de la cual se materializa la máxima martiana que sentencia que “sin sonrisa de mujer no hay gloria completa de hombre”.
Sobre su trayectoria en el máximo órgano judicial cubano y otros temas de su vida profesional y personal, dialogaremos con ella, como justo reconocimiento en fechas tan significativas para la mujer cubana.
¿Cómo llega Eridania al Tribunal Supremo Popular?
Aunque este no es mi primer centro laboral, llegué aquí en el año 1985, tenía 22 años de edad. Por aquel entonces comencé a estudiar la especialidad de Técnico Medio en Contabilidad para poder superarme y ocupar otras plazas. Así estuve dos años y medio, trabajando de día y estudiando en la noche, todo gracias a mi esposo que se quedaba con la niña para que yo pudiera realizar ambas cosas.
¿Y qué te posibilitó haber alcanzado dicha especialidad?
Al terminar el curso de Contabilidad pude desempeñarme en otro puesto laboral. Recuerdo que la comisión de empleo del TSP dio a conocer las plazas vacantes, que solo podían ser ocupadas por aquellos que se encontraban laborando en el órgano. Yo decidí optar por la plaza de recaudadora del comedor obrero, me presenté a los exámenes de aptitud y los aprobé. Dichas funciones las ejercí por varios años hasta que, un buen día, estando de vacaciones, una compañera me hizo saber de otras dos plazas vacantes en el Departamento de Contabilidad, una de ellas, la de Especialista en Nóminas requería de mayor preparación, por lo que en las tardes realizaba ese proceso de autosuperación, hasta que ya estuve lista y la asumí hasta la actualidad.
Pero, para quien lleva toda una vida ejerciendo prácticamente las mismas funciones, de seguro has tenido que enseñar a muchas generaciones de jóvenes.
Así es, por mis manos han pasado muchas personas, adiestrados en su mayoría, que llegan con ansias de conocimientos. Yo disfruto mucho enseñar, porque en ellos veo mi reflejo. Los preparo con paciencia, les muestro los documentos que deben leer, les pregunto y nos retroalimentamos de sus conocimientos teóricos y de lo que la práctica les proporciona.
Me decías, Eridania, que en ellos te ves reflejada, y de seguro esos conocimientos que atesoras son fruto de muchas personas que te han enseñado gran parte de lo que sabes. ¿Quisieras dedicarles algunas palabras de agradecimiento?
He ahí la principal experiencia que ha marcado mi vida laboral, en el hecho de haber tenido la oportunidad de tener a mi lado excelentes compañeros de trabajo, caracterizados por la responsabilidad y la ayuda mutua. A ellos les agradezco por todos los buenos momentos que vivimos.
Nuestra homenajeada culmina enviándole un mensaje a quienes forman parte de su generación y a los más jóvenes que inician su vida laboral.
Comienzo por los que tenemos mayor experiencia, pues con nuestro ejemplo fomentamos valores en las nuevas generaciones. A la juventud hay que darle paso, pues ellos son el presente y el futuro de nuestra Revolución. Por eso hay que prepararlos con paciencia y entrega, criticándolos de manera constructiva para que aprendan de sus errores.
Así, con esa confianza eterna, culmina nuestra entrevistada sus palabras, segura de que su relevo está garantizado, colmada de sueños que aún le quedan por cumplir y que se materializarán al ver a sus nietos ser hombres y mujeres de bien, siguiendo así el ejemplo que ella y toda su familia les dan a diario. Lecciones que entre sonrisas y memorias de una vida al servicio de su profesión nos deja Eridania. Otra semblanza de féminas del Sistema Judicial cubano que compartimos con ustedes a 60 años de creada la Federación de Mujeres Cubanas.
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Comentarios
Eridania, la chini, es esa persona especial, única, que todos queremos conocer. Pertenece a una generación que sin grandes recursos lo dio todo en nuestro tribunal. Le doy gracias por estar en mi vida, ser mi amiga, mi compañera de trabajo y mi familia. No arriesgo nada al decir que es una de las personas más queridas y respetadas en el Tribunal Supremo Popular. Te queremos chini. Besos. Glomy, Eugenia, Sahily, Daysi, Nelly y de nuestra Nené.
Me alegra mucho, la materialización de sacar a la luz personas tan emblemáticas, humildes y ejemplo de sacrificio en su trabajo, felicitaciones a todas las mujeres del Sistema de Tribunales en el 60 Aniversario de fundarse la FMC, VILMA nos contempla orgullosa de su obra