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De nuevo el 10 de abril hace historia. 150 años de una constitución que ya en su tiempo proclamaba la libertad, la igualdad y la fraternidad.
Nuevamente al combate corren los cubanos, sabiendo que han de triunfar en aras de un ideal que permanece inamovible.
Se alzan las voces de todo un pueblo para proclamar una nueva Constitución, espejo de su tiempo, con nuevos protagonistas, con visión de futuro y con los ideales libertarios e independentistas intactos.
Como dijera Raúl: “La nueva Constitución salvaguarda la igualdad e independencia de la Patria”.
Los mambises de hoy, con la mayor solemnidad, custodian las constituciones de Guáimaro y de hoy. En ellas también viaja la esencia de Jimaguayú y La Yaya como expresión de continuidad. Ana Betancourt hoy se multiplica en las mujeres que en nombre del pueblo proclaman la nueva Constitución.
En la trascendental jornada de este 10 de abril, quedó claro que esta Constitución deviene un legado para las nuevas generaciones de cubanos. “No basta con proclamarla, es necesario hacer efectivos sus preceptos”.
Día memorable. La Patria, de seguro, nos contempla orgullosa.

