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De nuevas maneras de hacer y bríos rejuvenecedores se nutren por estos días los tribunales cubanos, al recibir en sus sedes a los recién graduados de los cursos de Administración de Justicia y a los egresados de la carrera de Derecho.
Algunos comenzarán a ejercer la profesión como jueces suplentes no permanentes o como titulares, otros inician una preparación rigurosa para desempeñarse en la labor de tan alta responsabilidad para las que fueron elegidos, tal y como establece la ley, en las correspondientes asambleas del Poder Popular.
En cada uno de esos órganos, así como en los actos de toma de posesión de estos jóvenes jueces, se ha resaltado su calidad humana y profesional, a lo que han correspondido con profunda convicción de ser portadores de la confianza que en ellos ha depositado el pueblo, al cual representan.
Un reconocimiento especial se otorgó a los jueces pinareños que desde hace más de 12 meses prestan servicios en una de las provincias del centro del país, Sancti Spíritus. Precisamente dos de ellos están al frente de tribunales situados en los municipios más densamente poblados del territorio, responsabilidad asumida con la exigencia y valentía que caracteriza a la juventud cubana.
