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Como parte de las actividades por el aniversario 45 del Sistema de Tribunales, el Tribunal Supremo Popular convocó en 2018 a un concurso nacional para celebrar la fecha. De los trabajos que resultaron ganadores, publicaremos paulatinamente el resumen de los artículos premiados. Estos aparecerán publicados íntegramente en la edición 32 de la revista Justicia y Derecho.
En esta oportunidad, ponemos a su disposición el trabajo científico que obtuvo mención, otorgado a la especialista Yanelis Ponce Téllez.
Resulta imprescindible, en la sociedad cubana, que toda actividad se desarrolle sobre la base de principios éticos elevados. En el ámbito judicial, se incrementan estas exigencias, al existir una vinculación directa entre la justicia y su administración, y la concepción sobre los preceptos éticos y morales. Por lo que, en el afán de elevar la calidad de la actividad judicial, se hace necesario un acercamiento al Código de ética judicial del Sistema de Tribunales Populares (STP) y a sus 10 valores institucionales, dentro de los cuales cabe enfatizar en el sentido de lo justo, cuyo cumplimiento posee un efecto directo en el pueblo y el resto de los valores lo complementan y respaldan.
Para la adopción de una decisión con apego a lo justo, se requiere de independencia judicial, que se traduce en actuar alejado de cualquier influencia externa o interna. Debe estar despojada de los sentimientos que ponen en riesgo la convicción propia del juez. Como garantía de la confianza de la sociedad en la administración de justicia, está sujeta a un control social (independencia, imparcialidad y transparencia).
Solo un juez responsable, con su buen hacer, será capaz de responder y enfrentar las situaciones que se le presentan, con justeza; para lo cual deberá tener un proceder equitativo, íntegro y recto, y adoptar una decisión consecuente y en equilibrio con la verdad, como lo espera todo ciudadano (probidad y honestidad).
Una decisión justa contiene elementos teórico-jurídicos y valoraciones sentimentales del entorno en que se desenvuelve, garantiza la estabilidad política y social, y preserva, a toda costa, la seguridad nacional (humanismo y patriotismo).
La calidad determina la excelencia de nuestro servicio público, sobre la base de la adopción de fallos certeros, cuyo eje central sean las decisiones justas, en respeto a las garantías de los justiciables.
El Código de ética judicial permite delinear la conducta que debe caracterizar a los jueces y demás trabajadores del sistema judicial cubano. La aplicación práctica de sus valores es palpable en los órganos judiciales y el Tribunal Supremo Popular le brinda un seguimiento intencional a ello.
En tal sentido, comprometerse con su cumplimiento es un requisito indispensable para toda persona que se vincule al STP, así como debatir periódicamente, con jueces y demás trabajadores, las deficiencias éticas advertidas, para prevenir su reiteración.
Yanelis Ponce Téllez, presidenta del Tribunal Provincial Popular de Ciego de Ávila