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Clase magistral complementada por Arleen Rodríguez
La historia de Cuba, la noble y justa, la que trasciende fronteras y se agiganta desde el corazón de quienes habitan la mayor de las Antillas, lleva siempre el legado eterno de su líder histórico. Volver a él en todo cuanto hagamos, como guía y padre de un pueblo que fundó, será el mayor aliciente para seguir nutriéndonos de esa necesaria sensibilidad, el sentido de lo justo y las energías que emanan de todo su legado.
Es por ello que, en esta jornada de martes, en vísperas del cuarto aniversario de su partida física, el Tribunal Supremo Popular (TSP) se prestigió con la presencia de Marta Rojas, testigo excepcional del juicio a los asaltantes al Moncada, orgullo nacional del periodismo cubano y Heroína Nacional del Trabajo, quien fue protagonista del conversatorio Fidel entre nosotros, al cual asistió Rubén Remigio Ferro, presidente del TSP, junto a integrantes del Consejo de Gobierno, magistrados, directivos y demás trabajadores de la máxima instancia judicial.
La también fundadora del periódico Granma se hizo acompañar por su colega Arleen Rodríguez Derivet, coordinadora general del espacio Mesa Redonda, quien condujo el panel y expuso algunas de sus vivencias junto al líder histórico de la Revolución cubana.
Marta rememoró el asalto al cuartel Guillermón Moncada, en Santiago de Cuba, el 26 de julio de 1953, hecho que se transformó en la causa número 37 del Tribunal de Urgencia de Santiago de Cuba. Dicha epopeya ha quedado en la memoria colectiva gracias al instinto, la constancia, el talento y la pluma de la destacada periodista y narradora, quien presenció todo el juicio y, una vez concluida la censura impuesta por el gobierno de facto encabezado por Batista, seis años después, se dio a la tarea de publicar sus anotaciones en la revista Bohemia y más tarde narrarla en el libro El juicio del Moncada, del cual es autora.
Al aludir al momento que más la conmovió del acto en que Fidel pasó de acusado a acusador, expresó: “Una de las cosas que más me impresionó a mí en el juicio es cuando le preguntan a Fidel si él era el autor intelectual del asalto al Moncada, a lo que este responde: “Aquí nadie se tiene que preocupar de que lo acusen de ser el autor intelectual del Moncada, porque el único autor intelectual del Moncada se llama José Martí”».
Al término de su intervención, Marta destacó que el mayor tributo a Fidel es el hecho de ver cumplido el programa del Moncada. “Nosotros debemos defender la raíz de nuestro proceso revolucionario iniciado por Céspedes, que no va a claudicar y que se irá enriqueciendo cada vez más. Me ha causado gran satisfacción hablar con ustedes, que son juristas y que deben sentirse muy orgullosos de tener esa profesión que ejerció Fidel", expresó la Premio Nacional de Periodismo José Martí.
Por su parte, Arleen resaltó al Fidel jurista, al Fidel político y periodista, quien concedía una gran importancia a los detalles del juicio del Moncada y ello es lo que precisamente nos enlaza con Marta, quien también supo recoger los detalles de ese momento tan trascendental para la historia Patria. Asimismo, la también Premio Nacional de Periodismo evocó el legado que Fidel dejó enseñándonos el pasado como futuro y, he ahí, precisamente, el secreto de la grandeza de La historia me absolverá.
Luego de rememorar otros momentos inolvidables de la vida del Comandante en Jefe, a través del audiovisual musicalizado con el tema “Su nombre es pueblo”, Remigio Ferro agradeció, en nombre de los presentes, la emotiva e instructiva mañana vivida en compañía de Marta y Arleen, dos féminas que transformaron el conversatorio en una clase magistral de historia.




