
Se le puede encontrar ejerciendo como jueza en la sala de juicios penales del Tribunal Provincial Popular (TPP) de Pinar del Río, sentada frente a la computadora en la oficina o conversando sobre temas de su quehacer con sus compañeros de trabajo. Los que la conocen la describen como una mujer tímida, pero segura de sí misma, con una firmeza de carácter digna del buen juez, y poseedora de un vasto conocimiento sobre materia penal, el cual comparte con cada joven que arriba a la Sala Primera de esta materia en el tribunal provincial.
¿Cómo llega Felicia Becerra Peguero a adentrarse en el mundo del Derecho?
Realicé los estudios universitarios en la Universidad Central de Las Villas Marta Abreu, donde me gradué como licenciada en Derecho. Desde ese momento, la ubicación, en consonancia con mi solicitud, fue en el Sistema de Tribunales en la provincia de Pinar del Río, y así inicié mi vida profesional, con la base teórica que se adquiere en la universidad, pero con los temores que, como de costumbre, tiene una persona que recién se gradúa, con los nuevos retos e improntas que requiere.
Inicialmente me desempeñé como secretaria, para obtener experiencia y, posteriormente, fui nombrada jueza en febrero de 1988 y ubicada en el Tribunal Municipal Popular (TMP) de Consolación del Sur. En dicho órgano, había un trabajo consolidado, un personal de secretaría con numerosos conocimientos, un presidente con muchos años de labor, sumamente estricto, pero ello contribuyó a consolidar mi sentido de la responsabilidad, de amor al trabajo, valores que ya tenía incorporados por las enseñanzas de mis padres, pero que, sin lugar a dudas, allí se afianzaron.
En dicho TMP me desempeñé en la materia penal fundamentalmente, aunque hacía algunos procesos laborales. Luego de unos meses de estar trabajando en ese tribunal, comencé a alternar funciones en la Sala de lo Penal del TPP de Pinar del Río; primero, formando parte del tribunal en juicios ampliados y, luego, como ponente de asuntos. Años después, fui nombrada jueza de la referida sala, donde me desempeño actualmente. Tuve la dicha, también, en esta instancia de contar con profesionales de gran valía, que formaban parte de la dotación de jueces, algunos de los cuales aún permanecen en el sistema.
¿Siempre supo que quería ser jueza o tenía otra inclinación profesional?
Desde que comencé a estudiar Derecho siempre tuve claro que el lugar donde quería trabajar era en el tribunal, pues sentía pasión hacia esta labor.
¿Ha sido complejo lidiar con la alta responsabilidad de ser jueza, esposa y madre?
Sin duda en esta profesión, como en cualquier otra, ser mujer significa un gran reto, por la carga de responsabilidades que, tanto en el orden doméstico como laboral, tiene una fémina. Ello ha sido posible gracias al apoyo de mi esposo, que me ayudó mucho para poder continuar en el ejercicio de mi profesión.
¿Qué características profesionales y personales deben distinguir a un juez cubano?
Ser juez demanda un riguroso comportamiento ético. Hay que ser ejemplo, no solo en el centro de trabajo, sino también en toda tu actuación en sociedad, en el cumplimiento de los deberes ciudadanos. Es una condición que te acompaña siempre y forma parte del criterio que la sociedad tiene de ti.
¿Qué le apasiona a Felicia, además de impartir justicia?
Ser jueza forma parte de mi vida, es una profesión de mucha dedicación, entrega y responsabilidad, que demanda sacrificio, pero que tiene una magia indescriptible para atrapar. Me apasiona tanto que soy feliz siéndolo y, realmente, como le sucede al resto de mis compañeros, deja poco tiempo libre. Lo otro que atrapa mi atención es atender a mi familia, soy extremadamente hogareña; también me gusta leer.
¿Cuál ha sido su mayor logro durante todo este tiempo que ha fungido como jueza?
Considero que mi mayor logro en todos estos años ha sido nunca haber dejado de ser quien soy, aquella niña tímida, esa adolescente que así también fue, y luego una mujer con esas mismas características, algo introvertida, sencilla, pero que, a pesar de eso, ha podido cumplir con éxito las exigencias de la profesión y sentir que se ha ganado el cariño y el respeto de sus compañeros de trabajo, vecinos y de la gran mayoría de quienes la conocen.
¿Si pudiera darle algún consejo a las nuevas generaciones de jóvenes que aspiran a ser jueces, cuál sería?
Decirles que lo primero es que les guste la profesión, amen el trabajo que hacen, disfruten ser jueces, que lo sean de corazón y no de nombramiento, solo así se puede cumplir con las exigencias de esta labor que, como ya expresé, demanda sacrificio, entrega y responsabilidad. Tienen que estudiar mucho, autoprepararse, aprender a escuchar, tomar las mejores experiencias de quienes forman parte del sistema, estar actualizados de la situación económica y social del país, leer y releer las leyes y demás disposiciones, pues siempre van a encontrar algo que les parezca novedoso, que actúen con apego a la ley, que cumplan con los postulados del Código de ética judicial, que dominen y pongan en práctica los principios de actuación de un juez, que se entreguen con pasión; y, de seguro, sentirán igual satisfacción que la que sentimos quienes hoy realizamos esa función; créanme, no se arrepentirán.
Después de haber disfrutado a plenitud del rol de entrevistadora, de conocer a fondo la historia de una mujer de estos tiempos, de escuchar atentamente sus palabras y de haber visto con mis propios ojos como los suyos se llenaban de lágrimas cuando respondía a mis preguntas más sensibles, solo me resta felicitarla por ser una de esas personas que supieron escoger la profesión que les apasionaba.
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Comentarios
Conozco de cerca a Fela como nosotros los pinareños la conocemos!! sin duda un ejemplo a seguir, pero además solo viendola trabajar y hablar de su profesión, contando sus anécdotas, a lo largo de estos años confirman su amor desmedido por los Tribunales!!!! me encanto el reconocimiento para ella!!!
felicidades a usted felicia
la persona que no ame su profesion no la realiza como debe ser. Continue asi.