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Nos encontramos hoy en la sede del máximo órgano de justicia de nuestro país para la apertura del Año Judicial 2024, acto solemne en el que participo por primera vez, lo que constituye un alto honor para mí. Lo hago en representación de todos los jóvenes que laboramos en el Sistema Judicial cubano, y que asumimos el reto de impartir justicia a nombre de nuestro pueblo y con la calidad que exigen estos tiempos.
En los tribunales cubanos la presencia de la juventud no es poca, como tampoco lo fue en las luchas por alcanzar el triunfo de la Revolución y como no lo ha sido en cada etapa gloriosa de nuestra historia patria. Los jóvenes, y en especial, los que somos jueces siempre estaremos del lado del pueblo, de la Revolución y de la justicia; por muy difíciles que sean los tiempos, estamos y estaremos aquí contra vientos y mareas.
Desde una edad muy temprana tuve el anhelo de convertirme en una profesional del Derecho y ya estudiando la carrera, me convencí de que quería formar parte de esta familia judicial, ser jueza y aprender de los hombres y mujeres que, con sentido de lo justo, defienden el Estado de Derecho y Justicia social que nos hemos propuesto alcanzar los cubanos.
Fue esa vinculación que desde estudiante mantuve con este querido órgano judicial, la que ha posibilitado que hoy, al igual que otros jóvenes quiera estar aquí en los tribunales, por convicción y no por obligación.
Hace un año vestí por primera vez esta toga y me comprometí a honrar todo lo que ella simboliza, con esa aspiración inicié mi carrera judicial en el Tribunal Provincial Popular de La Habana, donde adquirí conocimientos prácticos como complemento de los contenidos teóricos que me fueron impartidos en la Universidad.
Hoy, me desempeño como Presidenta del Tribunal Municipal Popular del Cotorro y al igual que otros tantos jueces jóvenes, asumo con valentía la responsabilidad de ser un cuadro judicial, lo que también demuestra la confianza depositada en la nueva generación.
Reconozco que siempre se corren riesgos al designar a un joven para una tarea de dirección importante, pero en los tribunales ya hay experiencia sobrada de que se puede confiar en nosotros para asumir grandes responsabilidades. Aquí hemos encontrado la oportunidad para dar riendas a nuestro talento y a los deseos de hacer las cosas bien, a ese empeño nos entregamos para no fallar y para demostrar de verdad, con hechos y realizaciones concretas que, ¡sí somos continuidad!
Los jueces debemos mantenernos unidos, honrar la justicia y al pueblo cubano, al que nos debemos; ahora más que nunca, lo que requiere de todos un mayor esfuerzo y dedicación al trabajo, sin desfallecer y sin lamentarse. En nuestras filas no hay espacio para las malas vibras; solo de esa forma seguiremos obteniendo resultados satisfactorios, como los conseguidos hasta ahora en nuestra labor.
En el año 2023 los trabajadores judiciales demostramos que se puede mucho juntos y cómo no hacerlo con la motivación especial del Aniversario 50 de la creación del Sistema de Tribunales Populares en Cuba. Esa motivación renovada nos inspira en el 2024 a seguir haciendo posible, hasta lo que pareciera imposible. Como decimos los jóvenes: ¡Al 2024 sin miedo y con toda la actitud!
Los jueces jóvenes nos comprometemos a continuar impartiendo justicia de manera digna, ética y transparente, con patriotismo y sentido de justicia social; a seguir elevando nuestra preparación y a dar el paso al frente, sin vacilar, para cumplir nuestra misión con calidad porque como dijo nuestro eterno Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz y cito:
“Cuba necesita mucho de los hombres de pensamiento, sobre todo de los hombres de pensamiento claro; hombres que pongan sus conocimientos del lado del bien, del lado de la justicia, del lado de la Patria”.
Estimados invitados y colegas presentes en este acto, quisiera decirles que, para mí, ser jueza es un motivo de orgullo y a la vez una gran responsabilidad, implica mostrar, día a día, capacidad, profesionalidad, humildad y sensibilidad, que son los valores que distinguen a los que, en este sistema, sin importar las circunstancias, impartimos justicia, poniéndole cada día el corazón.
Tengo la convicción de que la idea de que “Se Puede Mucho Juntos” que nos acompañó en el 2023, se mantendrá como guía de la labor judicial porque en la unidad de pensamiento y acción entre las generaciones que nos antecedieron y los más jóvenes radica nuestra principal arma para seguir venciendo imposibles.
Muchas gracias.